Aquí va otro tuneo de un recuerdo de los que se trae uno cuando va por ahí. En este caso se trata de una cruz celta que compré en la catedral de St. Patrick en Dublín hace unas semanas.
Como curiosidad, decir que no está hecha con la resina habitual sino con turba procesada. Y si hemos de creer al fabricante (Island Turf Crafts) , dicha turba tiene nada menos que 5.000 años de antigüedad. Yo prefiero creerlo y , «si non e vero, e ben trovato».
Después de pintar y darle unos lavados que simulen ese aspecto de piedra vieja que se le supone a una cruz celta, le he hecho una base a la que he intentado darle ese aire que tienen los paisajes irlandeses que tanto me gusta.
Aquí el resultado:
La Guinness me la traje puesta….
Salud y buen pulso!