Cierro el año con otra volada, que ya tocaba.
Por aquello de publicar antes de que empiece 2018, esta vez he hecho algo de trampa y he usado una plancha de pradera de montaña prefabricada de Mig Jimenez. De todas maneras he tenido que añadir un trozo «scratch» ya que a la plancha comprada le faltaban unos centímetros para cubrir la base. Además, he añadido parches de tierra, algunas flores, y le he dado unos lavados a algunas piedras para dar algo más de vidilla al asunto.
La puerta sí que está hecha desde cero: varilla de plástico cuadrada para el marco, piececillas de bisutería para el pomo y la maneta de la puerta, lonchitas de tubo de plástico para las cerraduras y la mirilla, lámina de plástico para las placas de la cerradura y cartón pluma para la hoja de la puerta.
Pinturas y barnices acrílicos, cola blanca y para la base, una vieja caja de madera de 26 x 14cm.
La escala de la cosa debe andar alrededor de 1:35.
Salud, buen pulso, y buen año a toda la gente de buena voluntad!
(a la gente de mala voluntad, que le den)