He parido esta cosa (y nunca mejor dicho lo de cosa) en un tiempo récord para el ritmo que acostumbro a llevar. Desde que se me encendió la bombilla hasta hoy, habrán sido menos de diez días.
La bombilla en cuestión entro en ignición al ver unos restos de espuma de poliuretano en una saca de escombros de unas obras que han estado haciendo en mi curro. Inmediatamente me llamó la atención la forma de un trozo en concreto y decidí llevármelo a casa pensando en las Fleshlettes de Jonathan Payne, en las que está descaradamente inspirada la cosa (y no digo copiada, porque el resultado esta a años luz de sus piezas).
El trozo de espuma tenía en origen un color rosa ideal y todas las texturas (burbujillas, rasgaduras, protuberancias varias, etc) ya estaban ahí, así que sólo era cuestión de darles vidilla. Además, con cortarle la parte inferior para darle una base estable, ya estuvo hecho todo el trabajo bruto.
La parte interesante, por tanto, ha sido la de pintar. Ando todavía novateando con el aerógrafo, y acabé tapando el tono rosado que quedaba después de la primera capa fina de color carne que le di, al querer mejorarlo. He tenido que picar piedra para sacar algo que se pareciera lo más posible a lo que tenía en mente. Not too shabby, que diría el bueno de Nicko.
Me he quedado con las ganas de ponerle algunos pelillos, pero no he dado con una manera efectiva de hacerlo, ya que la espuma rompe con mucha facilidad y es complicado hacer agujeros al tiempo que se insertan los pelos. Ya encontraré la técnica adecuada algún día. O no.
Sin más, dejo la consabida sesión de fotos de la criatura de turno:
Salud y buen pulso!