Quedarse en tu zona de confort no tiene que ser malo «per se», y más aún si es para echar unos ratos gustosicos, que siempre vienen bien porque los malos ratos proliferan por doquier y sin abono.
Base/peana de 10cm de diámetro (aprox). Como siempre, prácticamente todo «scratch».
En este caso aproveché una base de prueba que hice hace un tiempo con papel de cocina encolado sobre poliestireno extruido. Como la textura no me acababa de convencer, le di el consabido recubrimiento de Gesso+arena+cola blanca. Y por supuesto, piedras y piedrecillas naturales.
La pintura es a base de pigmentos líquidos y algunos pinceles secos y mezclas en fresco de pinturas acrílicas. También hay ahí varios lavados caseros de diferentes tonos.
El tronco es un «accidente» que tuve con un churro de masilla que, por casualidad, al secar dió la forma ideal.
Esta vez he probado los matojos de césped de Gamers Grass, los cuales me han satisfecho un muy mucho, al igual que las matas floridas y la planta de papel. Los matojillos de césped corto y oscuro me han robao el corasón especialmente.
Y ya está. Me lo he pasao como un enano, que es de lo que se trataba.
Las fotillos de rigor:
¡Salud y buen pulso!